Diciembre 2025 No 1

Alimentación esencial durante el embarazo: proteínas, cereales, minerales y vitaminas clave

Durante el embarazo, las necesidades nutricionales aumentan considerablemente. El cuerpo de la futura mamá trabaja a toda marcha para construir los tejidos del bebé y mantener su propio equilibrio, por lo que requiere una mayor cantidad de nutrientes específicos.

Proteínas: los ladrillos del organismo

Las proteínas de origen animal —como huevos, queso y lácteos— aportan aminoácidos completos que el cuerpo utiliza para formar y reparar tejidos. Se recomienda incluir huevos entre dos y tres veces por semana y combinar fuentes de origen vegetal como legumbres, cereales integrales, frutos secos y verduras para enriquecer la dieta sin exceder las grasas.

Energía adicional en el segundo trimestre

A partir del segundo trimestre, se necesita un incremento de 350 a 460 kcal diarias. Las frutas, los cereales integrales y pequeñas porciones de chocolate oscuro pueden ayudar a cubrir este aporte de forma saludable, evitando excesos de azúcares simples.

Calcio: un mineral imprescindible

El calcio es clave para la formación ósea del bebé y para mantener las reservas maternas. La leche, el yogur y el queso son fuentes excelentes, pero también se encuentran en productos vegetales como frutos secos, semillas y algunas aguas minerales.

Hierro: combustible para la sangre

La demanda de hierro aumenta significativamente durante el embarazo. El hierro de origen animal se absorbe más fácilmente que el vegetal, pero ambos deben estar presentes en la dieta. En casos de alimentación vegetariana o vegana, puede ser necesario complementar bajo indicación médica.

Yodo: pequeño pero esencial

El yodo favorece el funcionamiento adecuado de la tiroides y el desarrollo neurológico del bebé. Si se reduce el consumo de pescado, es recomendable utilizar sal yodada y, en algunos casos, suplementos específicos.

Ácido fólico: indispensable desde antes del embarazo

Este nutriente es crucial desde el primer trimestre, ya que participa en la formación del sistema nervioso del bebé. Verduras verdes, legumbres y cereales fortificados son buenas fuentes, aunque la suplementación suele ser imprescindible.

Vitamina B12 y soya: consideraciones para dietas veganas

Las mamás veganas deben prestar especial atención a la vitamina B12, ya que solo está presente de forma natural en alimentos de origen animal. La soya, por su abundancia en proteínas, es una aliada valiosa, pero debe complementarse con fuentes seguras de B12 o suplementos.

Vegetales verdes: siempre bienvenidos

Una dieta vegetal equilibrada también es adecuada durante el embarazo, siempre que se cuide la diversidad y no falten nutrientes fundamentales como hierro, calcio, ácido fólico y B12.

Problemas respiratorios en bebés: señales, causas y cuándo acudir al médico

Los bebés suelen presentar con frecuencia afecciones de las vías respiratorias. Sus conductos nasales son pequeños, su sistema inmunológico aún es inmaduro y cualquier infección o irritación puede afectar su respiración. Reconocer las señales a tiempo es clave para evitar complicaciones.

Señales de apnea o dificultad respiratoria

Algunos bebés tienen dificultad para respirar por la nariz y comienzan a hacerlo por la boca. Esto puede deberse a un engrosamiento de adenoides o a múltiples resfriados previos.
Si el bebé deja de respirar durante algunos segundos, muestra hundimiento del pecho o movimiento exagerado de las alas de la nariz, es indispensable acudir de inmediato al servicio médico.

Cuando los síntomas se complican

La mucosidad nasal suele ser acuosa y transparente al inicio; sin embargo, si se vuelve espesa, verde o amarillenta, podría indicar una infección. Si después de 4-5 días la secreción continúa viscosa, podría tratarse de sinusitis y es necesario acudir al pediatra.
En el caso de la tos, si pasa de seca a productiva en pocos días o si se repite continuamente, también se requiere valoración médica.

Síntomas que requieren especial atención

Si escuchas silbidos en el pecho, existe la posibilidad de asma infantil o alergias respiratorias. Entre el 25% y 30% de los casos de silbidos en bebés están relacionados con alergias, por lo que la evaluación pediátrica es clave.

Tipos de alergias más comunes

La rinitis alérgica suele ser causada por polen, polvo, humedad, contaminación o ácaros. Los síntomas incluyen estornudos, nariz tapada, lagrimeo y picazón ocular. El tratamiento puede incluir antihistamínicos, corticoides indicados por el especialista y evitar los alérgenos desencadenantes.

Factores que agravan las alergias

Los cambios de estación, el pelo de animales, la humedad y el polvo suelen intensificar los síntomas alérgicos. Es fundamental identificar los desencadenantes y consultar al alergólogo u otorrinolaringólogo para un manejo adecuado.

Opciones de tratamiento

Los broncodilatadores pueden ser útiles en casos de asma pediátrica o crisis bronquiales. Además, mantener los espacios ventilados, limpiar superficies con regularidad y evitar el humo del cigarro reduce los episodios de dificultad respiratoria.

Higiene in & out: guía práctica para evitar infecciones dentro y fuera de casa

Mantener un entorno limpio es clave para proteger a los niños pequeños de infecciones y molestias comunes. Desde la cocina hasta el parque, cada espacio requiere atención especial para reducir la presencia de bacterias patógenas y asegurar una convivencia saludable.

1. Una cocina libre de bacterias

La cocina es un punto crítico: aquí se manipulan alimentos y se acumulan microorganismos. Es esencial desinfectar superficies como tablas de corte, encimeras, lavabos, frutas y verduras, además de mantener el refrigerador y utensilios en condiciones óptimas. Lavar bien los alimentos y evitar la contaminación cruzada reduce riesgos y protege a toda la familia.

2. Cuidado especial con el suelo

Los niños que gatean o pasan tiempo en el piso pueden exponerse a bacterias como E. coli o Campylobacter. Mantener el suelo limpio, eliminar restos de comida y desinfectar con regularidad disminuye los contagios gastrointestinales. Si un alimento cae al piso, debe desecharse: las bacterias pueden adherirse en segundos.

3. Limpieza del baño

El baño acumula gérmenes con facilidad. Se recomienda limpiar con productos específicos, desinfectar la taza, el lavamanos y los pisos, y prestar atención a rincones y accesorios. Los cepillos de dientes deben cambiarse cada 2-3 meses y desinfectarse semanalmente.

4. Comer fuera de casa

En restaurantes, la vajilla suele ser segura gracias a temperaturas elevadas, pero es útil llevar utensilios propios para el pequeño o toallitas desinfectantes para limpiar tronas y superficies. Si se usa un cambiador público, debe colocarse una toalla o protector y aplicarse gel desinfectante después.

5. Los juguetes del niño

Los juguetes se manipulan a diario y pueden acumular gérmenes.

  • Los de plástico o madera pueden lavarse con paño húmedo y desinfectante.

  • Los de tela deben ir a la lavadora con un producto apto para tejidos.
    Lo ideal es desinfectarlos semanalmente, y con mayor frecuencia si el niño está enfermo o los comparte con otros pequeños.

6. En el parque: arena y juegos

La tierra contiene esporas y microorganismos que, al entrar en contacto con el cuerpo, pueden convertirse en agentes patógenos. Es importante enseñar a los niños a no llevarse las manos a la boca y a lavarlas después de jugar. Si comparten juguetes, debe realizarse una desinfección al regresar a casa.

7. Productos de limpieza adecuados

Cuando hay niños pequeños en casa, conviene usar productos sin lejía o cloro pero con alta capacidad desinfectante. Estos eliminan microorganismos sin dejar residuos tóxicos y son seguros para usarse cerca del bebé.

Video: Resfriado en el niño: síntomas, causas y tratamiento

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Hidratación en el embarazo: más importante de lo que crees

Durante el embarazo, el cuerpo trabaja a doble ritmo: forma al bebé, aumenta el volumen de sangre y mantiene en equilibrio todos los sistemas que sostienen la gestación. Por eso, la hidratación deja de ser un simple hábito y se convierte en una necesidad esencial.

Beber suficiente agua ayuda a prevenir dolores de cabeza, retención de líquidos, estreñimiento y calambres. También favorece la formación del líquido amniótico, mejora la digestión y reduce el riesgo de infecciones urinarias, tan comunes en esta etapa. La recomendación general es consumir entre 2 y 2.5 litros de agua al día, ajustando según el clima, la actividad física y las indicaciones del especialista.

Además del agua, frutas ricas en líquidos —como sandía, naranja, pepino o melón— son excelentes aliadas. Evitar refrescos, exceso de café y bebidas muy azucaradas también es clave para mantener un equilibrio saludable.

Mantenerse hidratada no solo es cuidar tu bienestar inmediato: es apoyar el desarrollo óptimo de tu bebé y prepararte para un embarazo más cómodo y seguro.

5 tips para prepararse mentalmente para ser mamá/papá

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1. Acepta la incertidumbre: nadie llega 100% listo.

2. Habla de tus miedos: decirlos baja la ansiedad.

3. Arma tu red de apoyo: no lo hagas sola/solo.

4. Cuida tu mente y cuerpo: llega con energía emocional.

5. Infórmate lo justo: aprende lo básico sin saturarte.



¿Mi bebé ya puede comer lo mismo que nosotros?

A partir del primer año de vida, muchos bebés están listos para integrarse gradualmente a la comida familiar. Pero “comer lo mismo” no significa servirle el plato tal cual: su sistema digestivo, sus habilidades motoras y su tolerancia a ciertos alimentos aún están en desarrollo.

Entre los 12 y 24 meses, el bebé puede probar casi todo lo que come la familia, siempre que los alimentos estén bien cocidos, sin exceso de sal, azúcar o irritantes. Lo ideal es ofrecer versiones adaptadas: piezas pequeñas, texturas blandas y preparaciones simples. Evita alimentos duros, redondos o muy pegajosos que puedan causar atragantamiento.

Es importante también respetar su ritmo. Algunos bebés aceptan nuevas comidas rápidamente; otros requieren varios intentos para familiarizarse con sabores y texturas. Un ambiente relajado, sin presión y con el ejemplo de los adultos facilita la transición.

“Comer lo mismo que nosotros” es un proceso gradual. Con supervisión, cortes seguros y preparaciones adecuadas, tu bebé puede empezar a compartir la mesa familiar de forma saludable y sin riesgos.

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Intestino perezoso después del parto: cómo enfrentarla y recuperar el bienestar

El intestino perezoso es un trastorno muy común en los primeros días posteriores al parto. No siempre está relacionada con estreñimiento real: muchas veces es una respuesta temporal del cuerpo a los cambios físicos y psicológicos que enfrenta la nueva mamá.

Tras el nacimiento, el útero comienza a desinflamarse y libera presión sobre los intestinos, que deben retomar su funcionamiento normal. Sin embargo, el miedo a sentir dolor, las molestias de los puntos o las hemorroides, y la tensión emocional del parto pueden dificultar la evacuación.

Cuando el miedo al dolor frena todo

Es habitual que las mamás teman abrir los puntos o sentir dolor al pujar. Los músculos utilizados durante el parto son los mismos que intervienen en la evacuación, lo que genera inseguridad. Aunque ese temor es natural, no existe riesgo real de que la herida se abra o sangre nuevamente. Con el tiempo, retener las heces solo vuelve el proceso más difícil.

Métodos suaves y naturales para activar el intestino

Para aliviar la incomodidad, pueden emplearse medidas sencillas:

  • Aplicar compresas frías o pomadas recomendadas por el especialista.
  • Beber mucha agua.
  • Consumir frutas con semillas, kiwi, ciruelas, uvas, higos y verduras.
  • Incluir cereales integrales y evitar pimientos, espinacas y tomates si irritan.
  • Usar una cucharadita de aceite de oliva o una infusión tibia para suavizar el tránsito.
  • Tomar agua tibia con semillas de linaza.

Moverse también ayuda

La actividad física moderada es un aliado importante. Caminar, incluso distancias cortas, estimula el funcionamiento del aparato digestivo. No obstante, si hay hemorroides o presión rectal, es mejor evitar estar mucho tiempo de pie.

La importancia del yogurt y los fermentos vivos

Los yogures naturales con fermentos lácticos vivos ayudan a equilibrar la flora intestinal, mejorar el tránsito y fortalecer el sistema inmunológico. Los productos probióticos pueden aumentar este efecto, siempre que se consuman frescos y con buena conservación.

Un proceso temporal que se resuelve

A medida que el cuerpo se recupera, las molestias disminuyen y el intestino retoma su ritmo habitual. Con hidratación, una dieta rica en fibra y medidas suaves, la nueva mamá puede recuperar su bienestar sin complicaciones.

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